The journey of life is difficult at this time for Hispanics in the United States. Many have friends and family members who are without papers; many are without papers themselves; children in school are being bullied; and young immigrants who signed up for DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals) are anxious that they might lose their opportunity to work and their protection from deportation; Racism has raised its ugly head in many communities; and so many of our neighborhoods and homes are plagued with violence. Many who have jobs often find themselves having to work two or three jobs in order to make ends meet.
To all of you this day I remind you that OUR LADY OF GUADALUPE COMES TO MEET YOU TO LEAD YOU TO JESUS. She says to each of you what she said to St. Juan Diego: "Do not be disturbed in your heart; do not be afraid. Am I not with you, I who am your mother?" We need to hear these words of comfort and strength when there is so much hostility in the public conversation about immigration and immigrants.
I wish to say loudly and clearly to all of you that as your bishop I am with you. You are the Church. I will walk with you no matter how hard it gets. Please God, things will go better than our worst fears about what might happen. Regardless, the Church is with you. I am here to accompany you. I also wish to announce to our immigrants, to our refugees, to our migrants, from wherever you come, that we will do everything we can to help you through our Catholic Charities and the community organizations of which we are a part. As Catholics we embrace our American traditions of welcome, of unity in diversity and our care for all.
I also wish to say to our Muslim brothers and sisters, and to our Jewish elder brothers and sisters, and to all our inter-faith friends that the hate which destroys the unity and solidarity of the human family cannot be tolerated in any way. The way of God is the way of love.
The world does not need any more walls. It needs bridges of compassion and mutual understanding. Yes, proper respect for borders or boundaries, but not barriers of hostility and division. Let there be peace at our borders.
The world cannot continue to endure more violence. It needs restraint, words of peace and perseverance in the hard efforts to create the just structures that are the foundation for peace. In our community the answer to gang violence is good education and decent jobs.
The world must not tolerate racism. It needs to honor the diversity of God's human family by building a unity which embraces and respects all races on the face of the earth. Unity in diversity!
Today we venerate Our Lady of Guadalupe who comes to meet us as our mother. Nuestra Señora will show us the way to peace and goodness and justice. Mary is the mother of all peoples. She will give us the courage not to be afraid. She will lead us to Jesus, the Lord of peace and justice. Viva Nuestra Señora de Guadalupe! Viva Cristo Rey!
En estos momentos, la jornada de la vida es difícil para los Hispanos en Estados Unidos. Muchos tienen amigos y familiares que están aquí sin documentos; o ellos mismos están sin papeles; los niños son intimidados en la escuela; y los inmigrantes jóvenes que se inscribieron en DACA (acción diferida para los que llegaron aquí en la niñez) están preocupados porque podrían perder su oportunidad de trabajo y su protección contra la deportación; el racismo ha levantado su cabeza grotesca en muchas comunidades; y muchos de nuestros barrios y de nuestros hogares están invadidos de violencia. Muchos de los que tienen empleo, a menudo necesitan tener dos o tres trabajos para poder sobrevivir.
A todos ustedes les recuerdo este día que NUESTRA SEÑORA DE GUÀDALUPE SALE A SU ENCUENTRO PARA LLEVÀRLOS A JESÚS. Ella les dice a cada uno de ustedes lo que dijo a San Juan Diego: “No se turbe tu corazón ni se acobarde. No tengas miedo. ¿No estoy Yo aquí, que soy tu Madre?” Necesitamos escuchar estas palabras de consuelo y fortaleza cuando hay tanta hostilidad en la política sobre la inmigración y los inmigrantes.
Quiero decir clara y fuertemente a todos: como su obispo, yo estoy con ustedes. Ustedes son la iglesia. Yo caminaré con ustedes sin importar que tan difícil sea la situación. Con el favor de Dios, las cosas irán mejor de lo que nuestros peores temores hayan anticipado. Suceda lo que suceda, la Iglesia está con ustedes. Y yo estoy aquí para acompañarlos. También quiero anunciar a nuestros inmigrantes, nuestros refugiados, nuestros migrantes -de cualquier lugar que vengan, que haremos todo lo que esté de nuestra parte para ayudarles a través de nuestras Caridades Católicas y las organizaciones de la Comunidad de la que formamos parte. Como Católicos, queremos mantener nuestra tradición Americana de bienvenida, de unidad en la diversidad y del cuidar por todos.
El mundo no necesita más muros. Necesita puentes de mutua compasión y comprensión. Sí, hay que respetar las fronteras y líneas divisorias, pero no construir barreras de hostilidad y de división. Que haya paz en nuestras fronteras.
El mundo no puede sobrellevar más violencia. Necesita moderación, palabras de paz y perseverancia en los arduos esfuerzos para crear las estructuras justas que son los cimientos para la paz. En nuestra Comunidad, la respuesta a la violencia de las pandillas es una buena educación y trabajos decentes.
El mundo no debe tolerar el racismo. Necesita honrar la diversidad de la familia humana que es la familia de Dios, construyendo la unidad que acoge y respeta todas las razas sobre la faz de la tierra. ¡Unidad en la diversidad!
Hoy veneramos a Nuestra Señora de Guadalupe que nos sale al encuentro como nuestra Madre. Nuestra Señora nos mostrará el camino hacia la paz, la bondad y la justicia. María es Madre de todos los pueblos. Ella nos dará el valor para no tener miedo. Ella nos llevará a Jesús, el Señor de la Paz y la Justicia. ¡Viva Nuestra Señora de Guadalupe! ¡Viva Cristo Rey!